Tochtli

En la época prehispánica, la única bebida embriagante fue el pulque, parte integral de al menos doce de las ceremonias del ciclo anual. Se honraba a una variedad de dioses del pulque y al mismo tiempo, la embriaguez ilícita era un problema y una desgracia para la sociedad mesoaméricana. El exceso en la bebida fue simbolizado mediante el tochtli, un conejo común mexicano, específicamente el Sylvilagus cunicularius, y llegó a representar una conducta desinhibida, producto de la embriaguez.
En el calendario religioso de los mexicas el nombre del octavo día del ciclo ritual era “conejo”, cuya patrona era Mayáhuel, diosa del maguey o “planta centenaria”. La asociación entre la planta y el animal se basaba en hechos reales: los conejos habitaban en lugares ocultos e inaccesibles entre los magueyales.
Con la fermentación del aguamiel, dulce savia del maguey, se obtiene el pulque. Se buscaba hacer más fuerte la bebida durante esta fermentación, añadiéndole la raíz de un matorral, la “madera del pulque” (Acacia angustissima), a la que los frailes españoles del siglo xvi llamaron “raíz del diablo”, mostrando así su reprobación por el desenfrenado comportamiento provocado por el octli, el pulque.