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Tochtli



En la época prehispánica, la única bebida embriagante fue el pulque, parte integral de al menos doce de las ceremonias del ciclo anual. Se honraba a una variedad de dioses del pulque y al mismo tiempo, la embriaguez ilícita era un problema y una desgracia para la sociedad mesoaméricana. El exceso en la bebida fue simbolizado mediante el tochtli, un conejo común mexicano, específicamente el Sylvilagus cunicularius, y llegó a representar una conducta desinhibida, producto de la embriaguez.


En el calendario religioso de los mexicas el nombre del octavo día del ciclo ritual era “conejo”, cuya patrona era Mayáhuel, diosa del maguey o “planta centenaria”. La asociación entre la planta y el animal se basaba en hechos reales: los conejos habitaban en lugares ocultos e inaccesibles entre los magueyales.


Con la fermentación del aguamiel, dulce savia del maguey, se obtiene el pulque. Se buscaba hacer más fuerte la bebida durante esta fermentación, añadiéndole la raíz de un matorral, la “madera del pulque” (Acacia angustissima), a la que los frailes españoles del siglo xvi llamaron “raíz del diablo”, mostrando así su reprobación por el desenfrenado comportamiento provocado por el octli, el pulque.

Los dioses del pulque




Los centzontotochtin o 400 conejos, son los innumerables dioses del pulque y representan los diferentes estados de embriaguez que produce Octli (pulque). Estos dioses también son conocidos como Ometochtli (2 conejo), que a su vez se refiere a un dios del pulque y a una fecha de celebración.


Uno de los manuscritos mexicanos más valiosos por proporcionar datos sobre los once dioses principales del pulque, es el códice Magliabecchiano, que es un documento poscolombino de la segunda mitad del siglo XVI.


Según Seler, una de las marcas más distintivas de los centzontotochtin, es la pintura facial en doble color, mixchictlapantícac, en que la mitad anterior del rostro se ponía de color rojo, mientras la posterior se hacía de negro (o verde oscuro), o aun negro con manchas amarillas. La doble coloración facial es una característica que conecta a los dioses del pulque tanto con Tláloc, el dios de la lluvia, como con Quetzalcóatl, el dios del viento. En algunas ocasiones, tanto en la figura de Tláloc como en la de los centzontotochtin se disponen transversalmente, en el borde claro inferior de la faz, dos o tres rayas negras cortas, anchas, rectangulares, que corresponden a las que Chalchiuhtlicue, la diosa del agua, lleva en la cara.


La segunda característica, es el yacametztli (nariguera en forma de creciente o media luna), frecuentemente con las extremidades volteadas para adentro. Los dioses de este grupo, la presentan de forma sencilla y de color amarillo, al igual que se ve en el ometochchimalli (escudo de los dioses del pulque). Figura 1.


Originalmente el yacametztli fue un adorno de la vieja diosa de la tierra Tlazoltéotl, hecho de hueso, con sus apófisis, tal como se observa tanto en el dibujo de la “manta de conejo” (Figura 2), como en los que se exhiben en la misma pintura de Tepoztécatl.


Así es como la nariguera de media luna, conecta a los dioses del pulque y a la diosa Tlazoltéotl con la luna, cuyo jeroglífico también presenta como su elemento más significativo y esencial un yacametztli (Seler).



Bibliografía

  • Anawalt, Patricia R. “Los conejos y la embriaguez”, en Arqueología Mexicana, bimestral, México, Raíces, mayo - junio 1998, núm. 31.

  • Ángel María Garibay Kintana, Teogonía e historia de los mexicanos, tres opúsculos del s. XVI, México, Porrúa, 1985, pp. 106-107.

  • “El pulque”, en Arqueología Mexicana, edición Especial, México, Raíces, 2014, núm. 57, pp 69.

  • Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, t. I , México, Porrúa, 1979, pp. 75-76.

  • Gonçalves, de Lima, Oswaldo, El maguey y el pulque en los códices mexicanos, Fondo de Cultura Económica, México.






Mayahuel

La rodeada de magueyes


En su nombre, parece haber las raíces del metl, maguey, y yahualli, cosa redonda, rodeada de algo: La rodeada de magueyes, diosa del maguey.


Mayahuel aparece como deidad de la octava trecena del tonalpohualli, cuenta muy antigua del tiempo, y patrona del signo tochtli, conejo, uno de los signos empleados para denominar los días. Su morada es el segundo cielo, y su región cardinal, el este. Pertenece al grupo de los Dioses Menores


Generalmente es representada como una mujer emergiendo de un maguey, o sentada al frente del mismo, y sí acaso está de pie, va acompañada de una planta de maguey en la parte posterior a su cabeza. Suele llevar tocado de plumas y ceñida la frente con una venda de bandas azul y blanco y dos malacates con hilos de algodón.


El color de la diosa es el amarillo de las mujeres. Su cara muestra el mixchictlapantícac en una manera diferente a la que ofrecen los dioses. Los colores faciales son amarillo y rojo, este último transversalmente, en la parte inferior. A veces su pintura facial varía, y muestra el rostro de color azul, con algunas porciones amarillas con forma de cuarto de disco; otras, con la cara amarilla y bandas rojas sobre la frente y alrededor de la mandíbula.

En el códice magliabecciano aparece pormenorizada y ricamente ataviada. Se destaca la sustitución del yacametztli por el yacapapálotl, la nariguera en forma de mariposa, de color azul, representativo del agua, dominante en toda la figura, inclusive en su falda, donde se dibujó muy a propósito un pez en su campo azul.


Está ataviada con un bello quechquémitl amarillo, con bordes rojos y la gola verde., esta prenda le cubre el pecho, los hombros y la espalda. Lleva también un huipil blanco, como el pulque y su espuma, con colores rojo y azul, en secciones onduladas como el agua en la parte inferior. Su jeroglífico es una planta de maguey.



PRÁCTICAS RELIGIOSAS: Sus objetos de culto son ollas y cajetes para pulque: jícaras de las águilas, cuauhxicalli para la ofrenda de corazones, entre otros objetos. Su templo era el Centzontotochtin Inteopan, o templo de los conejos.


En la veintena Tepeílhuitl, se sacrificaba a cuatro mujeres en honra de los dioses de los montes. Una de ellas era llamada Mayahuel; su corazón se depositaba en el cuauhxicalli, que era exclusivo para estas ofrendas.


Referencias

  • Gonçalves, de Lima, Oswaldo, El maguey y el pulque en los códices mexicanos, Fondo de Cultura Económica, México.

  • Mateos H. Salvador, Los dioses menores, México, Secretaria de Hacienda y Crédito Público, 1994, pp. 10 - 24.


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